HOTEL DE HALLEN

Si van a visitar Ámsterdam no duden en reservar en este hotel: muy bonito, decorado con excelente gusto, lleno de arte, curiosidades y antigüedades. Una obra arquitectónica que preserva y moderniza una antigua estación de ferrocarril. Fuera del ambiente turístico y más cercano a la vivencia de la gente local. Aún así, está a unas cuantas estaciones en tranvía de todas las atracciones, incluso caminando si no eres perezoso. No dejen de visitar los restaurantes cercanos: el ubicado en 44 Elisabeth Wolffstraat es excelente y el mercado de comida contiguo Foodhallen tiene decenas de opciones donde acude la gente local.-

Vale la pena , esta un poco alejado del centro pero vale la pena , hay un buen ambiente y variedad de oferta , también varios bares , algunos en el centro de comidas y otro muy cómodo al costado. Para repetir.

El "De Hallen" es un hotel muy agradable enclavado en un edificio histórico con un diseño moderno y un toque de clase. A poca distancia andando del centro. Recomendable tanto para viajes con amigos o parejas

Buen trato del personal en recepción,habitaciones pequeñas pero baño grande.Muy limpia.La originalidad del hotel hecho en lo que debío ser una nave es un poco chocante al entrar.No hay ventanas al exterior ,al menos en la mía ,solo al pasillo que se aprecia en la foto principal del hotel,con un hall alargado ,solo tiene 2 plantas.Camas cómodas,muy bien la calefacción.Tranvia número 17 al centro ,que pasa muy a menudo,y se tarda 15 mnts maás o menos,también va a la estación central,para traslados a pueblos y aeropuerto.Al lado ,en la trasera del hotel zona de comidas variadas y copas a toda hora.Sitios de desayunos también en el pasillo DE HALLEN...muy concurrido y animado,todo el día.

El hotel me gusto mucho, la habitación es impecable y superó mis expectativas en comodidad. La atención en recepción fue muy amable y cordial. Mi problema es con el servicio de habitación porque a pesar de salir ayer temprano en la mañana y volver a eso de las 4 pm, me he encontrado con la cama deshecha y las toallas sucias aún en la habitación. Al solicitar el recambio de toallas todo muy bien, la chica aprovecho de darme más café descafeinado porque ya no nos quedaba. Volvemos a salir con mi esposa y al regresar, vemos que nos llevaron más toallas y nos quitaron el café, lo cual nos llamó la atención pero le quitamos importancia. Hoy, a primera hora (8am), alguien ingresa a nuestra habitación mientras dormíamos, lo cual considero inaceptable. El hotel es lindo pero esos detalles son los que marcan la diferencia cuando se evalúa la calidad.